La prisión de Qara en Mequinez, Marruecos
Al hablar de prisiones, nos vienen a la mente pasillos con puertas de hierro y ventanas con barrotes. Pero ha habido casos en la historia en los que una prisión se construyó bajo tierra y sin puertas, ventanas ni barrotes. Una de estas estructuras es la prisión de Karas. La revista en línea Factinteres hablará de este complejo con un poco más de detalle.
Un poco de historia
La prisión de Karak se construyó a principios del siglo XVIII en la ciudad de Meknes, al norte de Marruecos. El diseño de la prisión pertenece al arquitecto Karou, que en aquella época estaba preso. A cambio de construir la prisión, el arquitecto fue recompensado con la liberación.
El diseño de la prisión de Karas es un laberinto subterráneo que se extiende a lo largo de varios kilómetros. Según una leyenda, la prisión tiene al menos 200 kilómetros de largo y conecta Meknes con la ciudad de Taza. Sin embargo, esto no es cierto y la longitud total de la prisión no supera los 2-3 kilómetros.
En el interior de la prisión no hay puertas, ventanas ni rejas. Según la versión, los presos eran introducidos en la cárcel por medio de un pasadizo especial en el techo, por donde después se traía la comida para los presos. Sin embargo, la ausencia de puertas, ventanas y barrotes ha planteado muchas preguntas a los arqueólogos.
¿Era la prisión de Karama realmente una prisión?
De hecho, la finalidad de los laberintos subterráneos no se ha demostrado hasta el final. La versión más plausible dice que los laberintos de la prisión de Karas se utilizaban como un enorme almacén de grano y alimentos. Para probar esta teoría, los científicos sugieren observar otros almacenes de la región en aquella época: son casi idénticos.
A pesar de la versión sobre el almacén, la población local está convencida de que la prisión de Karama era realmente una cárcel y que allí no había ningún almacén. Para ser justos, cabe señalar que existen pruebas de que el sultán Moulay Ismail llegó a mantener a varios miles de prisioneros en estos laberintos. Por regla general, los prisioneros de la cárcel de Karas eran cristianos. Según la leyenda, la prisión podía albergar hasta 40.000 prisioneros.
Los eruditos aseguran que las decenas de miles de presos de la cárcel de Karas es una exageración que funciona como imán para los turistas. Este argumento también se ha planteado más de una vez en conversaciones oficiales entre embajadores europeos y autoridades marroquíes. Sin embargo, los estudiosos admiten sin ambages que pudo haber varios miles de presos que trabajaron como peones de almacén en la prisión de Karabaj. Esta versión es la más plausible.
¿Qué ocurre hoy en día?
La población local, a pesar de las suposiciones oficiales de los científicos, asegura que en la prisión de Karas hubo decenas de miles de prisioneros. Esto permite aumentar el flujo turístico a la región. Además, la población local afirma que, a principios de los años 90, un equipo de investigación de Francia desapareció en los laberintos, lo que no se ha confirmado oficialmente.
Cualquiera puede visitar la prisión de Cara, pero de forma limitada. Se invita a los turistas a ver 3 habitaciones que utilizó el sultán Moulay Ismail. No es posible entrar en las salas restantes porque los gobernantes coloniales franceses cerraron las demás entradas (aberturas en la superficie) debido a que se producían frecuentes accidentes.