¿Qué sabe de Ouarzazate, la capital cinematográfica de Marruecos?
Torres de arcilla decoradas con ornamentos africanos y una antigua ciudadela sobre una colina: todos la han visto en Juego de Tronos, cuando Daenerys Stormborn celebra la liberación de los esclavos de Junkai. Ait-ben Haddou es una pequeña ciudad marroquí que ha protagonizado muchas películas en las que los directores han recurrido a motivos orientales. Y la cercana Ouarzazate alberga el mayor estudio cinematográfico de África, Atlas.
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En el sureste de Marruecos, a sólo dos horas en coche de la ciudad de Marrakech, en la región de Draa-Tafilalet, se encuentra la “puerta del desierto”: la bella y tranquila ciudad de Ouarzazate, cuya construcción comenzó en 1920. Su belleza natural la ha convertido en la capital del cine marroquí y africano: algunos incluso la llaman el “Hollywood africano”, aunque su atractivo no se limita al ámbito cinematográfico.
Historia
El nombre de la ciudad se compone de dos palabras bereberes, “guerra” y “zazat”, que significa “ciudad sin ruido”. Sus habitantes disfrutan de la tranquilidad local, el sol y la naturaleza, que también atraen a muchas celebridades y estrellas del cine mundial.
Según fuentes históricas, la zona donde se encuentra Ouarzazate fue una encrucijada de comerciantes africanos que conectaban el antiguo Sudán y Marrakech a través de los valles del Draa y el Tizi, y un lugar de convergencia de distintas etnias, como demuestran las tallas rupestres, legado de antiguas civilizaciones.
Los amazigh fueron los primeros en habitar la zona, que albergaba dos aldeas, Tsoamat y Taurirt, pero la región adquirió su aspecto actual con el inicio de la colonización francesa: se construyó en torno a los cuarteles militares levantados allí.
En aquella época, la ciudad creció mucho y sirvió de guarnición y centro de control administrativo y aduanero. Además, la ciudad albergaba la kasbah de Taurirt. Se trata de la ciudadela del gobernante Tami El Glaoui, en cuya plaza se alza un cañón, gracias al cual se aseguró el poder fuera de la actual kasbah.
La kasbah es un objeto arquitectónico único
Ouarzazate posee un estilo arquitectónico único que se refleja en el aspecto de sus alcazabas y palacios construidos tanto en las tierras altas adyacentes a los cursos de agua, como las colinas, como en las zonas cercanas al desierto, donde basta con una fortificación.
Estos palacios y ciudadelas destacan por su belleza y presentan características que reflejan el paisaje natural de los lugares donde fueron construidos, lo que los convierte en uno de los monumentos culturales más importantes del sur del Reino de Marruecos. Son edificios altos, tienen una sola entrada y están protegidos por murallas intercaladas con altas torres, detrás de las cuales se encuentran todas las condiciones necesarias para la vida: mezquitas, baños, plazas centrales.
La más famosa de las ciudadelas bereberes es la kasbah de Ait-Ben-Haddou. Se trata de un complejo de edificios residenciales con todo tipo de instituciones y edificios como mezquitas, establos, una sala para asambleas y escuelas construidas con arcilla. Todos estos edificios están rodeados por una muralla protectora, lo que hace que la estructura se parezca a los castillos de las ciudades pequeñas, con altas torres y partes superiores decoradas. También hay zonas públicas, un excepcional complejo de edificios que transmite una imagen completa de las técnicas de construcción en suelo africano, detrás del cual se extiende el vasto desierto.
Además de la Kasbah de Ait Ben-Haddou, está la Kasbah de Taurirt, una de las estructuras arquitectónicas más bellas de la ciudad. Fue construida por la tribu El Glaoui en 1882. Esta estructura bereber está decorada con deliciosos ornamentos y parece un castillo de arena en medio del desierto.
Naturaleza impresionante
Además de las ciudadelas mencionadas, esta ciudad, situada en el sur de Marruecos frente al desierto, a los pies de la inexpugnable cordillera del Atlas, está rodeada de paisajes fascinantes: vastos desiertos, dunas de arena que se extienden en la distancia, oasis, verdes llanuras de palmeras, encantadores lagos y valles con hermosas cuevas. Todo ello atrae a viajeros de todo el mundo.
Gracias a su pintoresca ubicación, la ciudad se ha ganado otra ventaja: colores excepcionales y gran luminosidad, asegurados por el brillo del sol durante todo el año. Esto es lo que distingue a Ouarzazate de las demás ciudades del reino, tanto del norte como del sur.
La capital del cine africano.
Estas ciudadelas y paisajes han convertido la ciudad en uno de los mayores estudios naturales del mundo, que atrae la atención de los principales cineastas y las estrellas de cine más brillantes. En esta ciudad se pueden recrear diversas épocas y acontecimientos históricos, lo que permite rodar películas de diferentes temáticas.
“El pastor de cabras marroquíes”, que se rodó hace un siglo, es la primera película que se rodó en esta ciudad. Le siguieron películas internacionales como “El hombre que sabía demasiado” de Alfred Hitchcock, “Lawrence de Arabia” de David Lean, “Al amparo del cielo” de Bernardo Bertolucci, “Gladiator” de Ridley Scott, “Alexander” de Oliver Stone y otras. Así, Ouarzazate se convirtió en el centro de atracción de las principales estrellas mundiales, como Alfred Hitchcock, Martin Scorsese, Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, etc.
Así, la ciudad acogió el rodaje de la película “Alejandro”, dirigida por Oliver Stone. Narra la vida y conquistas del comandante romano Alejandro Magno. Otras películas rodadas en Ouarzazate son “Gladiator”, dirigida por Ridley Scott y galardonada con un Oscar en 2001; la película más famosa de David Lean, “Lawrence de Arabia”; el clásico de los ochenta “La perla del Nilo”, protagonizada por Michael Douglas y Kathleen Turner; “Kundun”, dirigida por Martin Scorsese; “El reino de los cielos”, “Astérix y Obélix” y “Cleopatra”. Por otra parte, muchas escenas de “Black Hawk”, de Ridley Scott, se rodaron en Ouarzazate y no lejos de Rabat.
La aparición del primer estudio de cine en esta ciudad se remonta a 1983, cuando se establecieron allí los Estudios Atlas. Se trata de un enorme espacio abierto con encantadoras vistas a las montañas. Hay talleres de costura, carpintería y otros, vestuarios, establos para cientos de caballos y camellos, oficinas donde se gestiona la producción cinematográfica, tres estudios fotográficos y un complejo hotelero de cuatro estrellas con todas las comodidades necesarias.
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