Asilah, Marruecos
Ciudad costera fortificada al noroeste del encantador país de Marruecos, Asilah es un pequeño lugar luminoso y fresco que ofrece el sabor de España combinado con la tradición marroquí. Adornada con inspiradoras obras de arte, esta ciudad puede recorrerse a pie en un solo día, pero su tamaño no le resta belleza. Conozca algunos de los atractivos de esta encantadora ciudad.
En bicicleta por el paseo marítimo
La excelente ubicación frente a la playa se complementa con el dulce paseo marítimo y las hermosas y sencillas calles de la ciudad. La ubicación, el tamaño y la situación de Asilah la hacen ideal para montar en bicicleta, por lo que no es de extrañar que la mayoría de los hoteles locales ofrezcan alquiler de bicicletas y algunos incluso excursiones en bicicleta. Pase un día explorando toda la ciudad en bicicleta, combinando las visitas turísticas con el deporte, y disfrutando del aire fresco del mar y de las impresionantes vistas. Esta actividad es perfecta para aquellos a quienes no les gustan las largas caminatas pero aún así quieren ver la ciudad.
Festival Asil
El Festival de Arte anual reúne a artistas de diferentes países en esta pequeña ciudad y da vida a lo que suele ser un proceso lento y tranquilo. Se invita a los artistas a contribuir a las obras de arte de la ciudad pintando murales por toda la Medina. Aunque los visitantes pueden admirar el trabajo durante todo el año para ver las bellas obras en ciernes, asistir al festival de arte en sí es una visita obligada. Con una duración de dos semanas a un mes, hay muchas oportunidades de ver cómo se crean estos murales. Además de las demostraciones artísticas públicas, los visitantes pueden disfrutar de conciertos y exposiciones, así como de un festival ecuestre para completar las actividades.
De compras en el Pequeño Bazar
Comprar en el encantador bazar es popular cualquier día, especialmente los jueves, ya que se trata de un mercado. Los visitantes pueden apreciar una alternativa a los a veces abarrotados mercados de las grandes ciudades, y en su lugar pasear casi tranquilamente por estos variados y encantadores puestos. Puede que sea una ciudad pequeña, pero los visitantes pueden estar seguros de encontrar de todo, desde recuerdos, textiles e incluso herramientas, y mucho más. Un paseo por las calles de estos mercados le permitirá, casi con toda seguridad, conocer a artistas locales que se apresuran a venderle sus obras.
Bastiones
Muchas de las murallas se construyeron en el siglo XV, cuando Asilah estaba bajo control portugués. Desde entonces, estas murallas se han cuidado e incluso reparado parcialmente, y hoy se encuentran en buen estado, enmarcando la parte antigua de Asilah y aportando tanto carácter e historia a esta ciudad ya de por sí encantadora. El recinto de la antigua medina consta de dos pilares que se adentran en el océano, con el lado sur abierto al público, ofreciendo una vista espectacular de la puesta de sol.
Playa del Paraíso
Asilah tiene su propia playa, pequeña y encantadora, pero como alternativa a la playa más concurrida junto a la antigua medina, tome un corto trayecto en taxi hasta la hermosa y acertadamente llamada Paradise Beach. Menos rocosa que una playa pequeña, los visitantes pueden disfrutar de arena suave y un ambiente tranquilo. El tamaño de la playa hace que no sea difícil encontrar un lugar apartado, especialmente durante los meses de verano, cuando la playa es un refugio privado y tranquilo. Disfrute de una copa en un típico chiringuito español o de un tradicional paseo en camello para completar su viaje por mar.
Comer en Restaurante Oceano Casa Pepe
Para una experiencia más formal y elegante, diríjase al Restaurante Oceano Casa Pepe. En este restaurante de dos plantas, los clientes pueden relajarse en la terraza con vistas al jardín o cenar en el interior. Este elegante restaurante con camareros de etiqueta y el marisco más fresco, acompañado de un delicioso vino español y un ambiente romántico y suavemente iluminado, está considerado uno de los mejores de Asilah.
Iglesia de San Bartolomé
Al noroeste del centro de Asil se encuentra la Iglesia de San Bartolomé, un edificio colonial de estilo típicamente morisco construido por franciscanos españoles. Esta iglesia es una de las pocas de Marruecos a las que se permite tocar las campanas para la misa dominical. Se trata de una iglesia privada y cerrada, habitada por monjas residentes, pero si se visita, las religiosas suelen estar más que dispuestas a hacer una pequeña visita guiada. Merece la pena visitarla, ya que recuerda la presencia cristiana católica en este país islámico.
Torre El Hamra.
El Hamra es un icono sencillo que hay que ver, ya que su importancia histórica se remonta a la creación de las murallas construidas por los portugueses en el siglo XV. Esta encantadora y distintiva torre es otra pieza bien conservada de la historia y da lugar a fotografías sencillas pero atractivas.